Hijos del Abismo

De Aredia
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Su existencia sólo es conocida en el brazo sur del continente, hasta el reino de Esthalia, y son fuertemente perseguidos.

No es difícil identificar a un Hijo del Abismo: presenta todos los síntomas causados por la locura que se deriva del trato con las diversas entidades demoníacas, no les gusta la luz del sol, incluso tampoco la de la luna. Su piel es de un blanco casi azulado, causado por la poca exposición al sol. Siempre llevan capas y capuchas para ocultar sus caras. Los animales se espantan a su paso. Esta actitud y los síntomas de la locura son debidos efectivamente al trato que los Hijos del Abismo tienen con los seres infernales y con las razas del mal. Dicho contacto es posible en los cónclaves que los Hijos llevan a cabo ocasionalmente, en los que invocan a los demonios mediante ceremonias que les dejan agotados durante días. Por supuesto, los sacrificios humanos están a la orden del día.

Entre ellos existe una élite, los representantes de la cual son llamados Apóstatas (debido a su negación de toda vida, y de toda idea de felicidad en el mundo). Su líder es llamado Apóstata Supremo.

La invocación de los demonios y de las razas malignas es posible por parte de los Hijos, debido a que todos los Apóstatas poseen transcripciones de fragmentos del libro maldito, el llamado [Libro de Marenthelos]. Ni qué decir tiene que, salvo en muy contadas excepciones, los Hijos del Abismo son repudiados por todos aquellos que conocen su existencia.